naufragio

Disculpas en hexámetros con cuatro dáctilos interiores y espondeos al principio y al final (o hexadecasílabos isorrítmicos)


Disculpas en hexámetros con cuatro dáctilos interiores y espondeos al principio y al final (o hexadecasílabos isorrítmicos)

Cuando haciendo un esfuerzo accediste a encontrarnos de nuevo
yo intentaba pedirte perdón por mi comportamiento
de los últimos días con sinceridad absoluta
pero no hubo manera de hallar las palabras exactas

y no fuiste capaz de creer mis confusas disculpas
que brotaban grotescas y póstumas como espasmódicos
coletazos del rabo amputado de las lagartijas
y sonaban a golpe en la frente de niño epiléptico.

A tus ojos se hacía mi lengua un molusco atrapado
en la boca: emitiendo patéticos gritos de auxilio
cuya autónoma articulación balbuciente cabalga

en hexámetros torpes que no han inspirado las musas
y que llegan apenas, sin fuerza, al penúltimo verso:
irrisoria odisea, un soneto que acaba en naufragio.


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