naufragio

Barry der Menschenretter

Barry der Menschenretter

En el momento justo en el que, exánime,
me dispongo a ceder al desbocado
carcinoma en el alma que se adueña
de un cuerpo que ha tirado la toalla
llegas sonrisa en ristre y te recibo
igual que un montañista moribundo
transido de hipotermia ante la insólita
visión providencial de un San Bernardo
con un barril de brandy atado al cuello
-qué más da que la estampa sea un mito-
presto a templar el frío a lametones.

Muero al dormir sin ti, si resucito
cada mañana no es porque amanezca:
suena el móvil, tu voz logra volverme

niño a lomos de Barry puesto a salvo.