Via crucis
He salido de casa y he bajado
-cadalso inverso en rampa- la escalera.
Buscando ya en la calle suelo firme
como un ahorcado en su última patada,
he echado en una esquina una limosna
-lo poco que tenía- a un andrajoso
dios borracho que vive en la indigencia
y he apresurado el paso inamovible.
Refulgiendo por las alcantarillas
el infierno tiraba de mi vértigo
y he alcanzado en el último momento
una hilacha de nube decreciente
que me ha lanzado un ángel (de
inmediato
ha caído en barrena: alas plegadas).
Quise trepar y he destejido el cielo.