naufragio

Funambulista


Funambulista

Vuelvo a parar al filo del abismo
con un pie en equilibrio vacilante
sobre una abrasadora superficie
resbaladiza, el otro tanteando

el aire como el de un niño miedoso
que apenas moja el dedo en la piscina
debido a la glacial temperatura
-hasta que llega un borde por detrás-

o haciendo exasperados movimientos
como si fuera igual que los de Aquiles
-con alas adornando sus tobillos-;

y sin embargo sé que no hay peligro
alguno en las suicidas acrobacias
que corro a perpetrar cuando me dices:

Me gusta verte haciendo tonterías.