naufragio

Frío

 


Frío

El gato duerme al borde
de nuestra cama:
yo meto un pie debajo
de sus entrañas
y el otro, en recompensa,
le hace de almohada.

Así afrontamos juntos
-confianza vana-
los miles bajo cero
grados que alcanzan
dos almas arrecidas
desde tu marcha.


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