Poética
He encontrado mi voz en lo sencillo.
No me hace falta más: firmé el contrato
contigo, con mis libros, con mi gato;
y desde entonces canto y nunca chillo.
Mis versos no deslumbran por su brillo:
prefiero, a lo sublime, lo sensato;
papel de secundario, al estrellato;
(vale más que un soneto un estribillo).
Me enfrento a la hoja en blanco sin escudo.
No intento descepar de un grito, riego
-sólo el susurro sirve de sosiego-,
este poema que -obra de artesano-
no aspira a más que a ser tallo desnudo
de un diente de león: sopla el vilano.
